sábado, septiembre 22, 2007

La casita de San Marcos


En un lugar fuera del tiempo, precioso instante, se encontraron una serie de personajes, viajeros empedernidos, buscadores encontrados, caminos independientes que se cruzaron en un intenso suspiro... Especial evento causal, concentrado a las orillas del Lago Atitlan en un pueblito de mágica vibración, San Marcos la Laguna, y un poco mas allá hacia las montañas sagradas y tras cruzar el rio, la casa Amaranto, aislada en medio de la jungla, sin electricidad ni agua potable, rodeada de virginal naturaleza, sabedora de nuestra llegada.

Casa pequeña con cabida para todos y para todo, siempre quedaba espacio para algo más, mucho por compartir y aprender entre todos, nuevos caminos se trazaron allí y nadie salió igual que entró... ¿Magia? claro que sí. Con buena disposición y mucho amor! todo es posible.

Gervasio, el dueño de la casa, Uruguayo y hippie empedernido nos la rentó bien barata, incluyendo: filtro de agua que no funcionaba, avispero plagado de avispas grandes en el techo, cocina con gas, agua corriente no potable (dicen que está plagada de amebas y demás parasitos inmundos), espacio para el huerto, horno de leña, dos naranjos cuajados de naranjas y algun platanero, vistas a la jungla, un machete, alguna visita de alacranes y libertad para hacer lo que quisieramos.

La primera noche me picaron dos avispas y tube el brazo hinchado tres dias, Maria también recibió alguna picada, y también la de un alacran que se metió en su cama... cosas de vivir en la naturaleza.

San Marcos es el lugar ideal para dar y recibir todo tipo de terapias holisticas: reikis, masajes indo-sueco-tailandes, viajes astrales, regresiones, paseos por marte y jupiter, etc etc... Nosotros (Biel, Monma y yo) elegimos el Janzu, masaje acuatico de renacimiento, el curso nos lo dió Sol, un amigo Canadiense que lleva mas de 10 años viviendo en el pueblo, bastante hippie por donde lo mires. 15 dias de curso, absolutamente increible, el agua le da la tercera e incluso cuarta dimensión al masaje, removedor de emociones y liberador, armonía acúatica en la que el masajeador se funde con el masajeado en una danza a veces oculta bajo el agua.

Aprovechando el lugar y el momento nos dedicamos a la artesania hogareña en todos sus sentidos... arreglamos el huerto, hicimos un semillero, mermeladas, pan, chocolate, pizzas y... un día casi lavo ropa y todo. Cerca estaba la Kambalacha, escuela de circo donde se podian hacer talleres para los niños y no tan niños, donde Biel hizo uno de papiroflexia y con Maria otro de malabares. También hubo dia de reciclaje de plásticos donde participaron todos menos los del curso de Janzu.

Grandes experiencias imborrables, nuevos caminos abiertos y momentos para aburrir a nuestros nietos... que mas se puede pedir?

Alli estuvimos:
-Maria: casi-guatemalteca de Alicante, ya se ha comprado un terrenito en una comunidad indigena Mam.
-Monma: de Tornabous, duende mágico de ojos inquietos, percusionista nato.
-Simon: versión del Ché a la española de León, poeta declarado de la vida.
-Matias: de Buenos Aires (aunque buen tío), cocinero de profesión, gran conversador y conocedor del mundo.
-Biel: de cerca de Girona, nos impulsó a hacer el curso de Janzu, apasionado trobador y cirquero.
-Stephan: de Bavaria, grande en sentido literal, viajero tranquilo, artesano tejedor de ganchillo.
-Sol: Hippie. Maestro de Janzu y gran percusionista y cantaor de canciones folkloricas.
-Leo: Mexico-Guatemalteco, dispuesto a todo, sobre todo si es divertido, Calidad.
-Yo: Del Prat, aporreador de guitarra y buscador de mi mismo... a ver si encuentro.

"En un lugar donde los elementos se funden nace la tierra de Atitlan,fuego de volcan, tierra verde, inmenso cielo y lago de espejo, por las tardes cuando las nubes cubren el cielo llueven deseos hechos realidad en este hermoso rinconcito de mundo que nos acoge" ... Biel

" Llovia a cada tarde. Guatemala pluviosamente de colores. Nosotros deshaogados y aguados. Agua-dos, combinacion de movimiento emocional en el reflejo liquido de janzu... Nos dabamos confesiones en el tapanko, como quien ve la levadura subir, la mermelada agarrando cuerpo o el rio creciendo a cada rato. Amigos/as del primer septiembre que no tuve que regresar a la escuela, sino al corazon colectivo" ... Simón

"Encontré una casita mágica a la que subía desde un lago mágico, tras pasar por una zona donde los ricos viven y una zona donde los pobres sobreviven, y de ahí pasaba por una milpa y por un río, y de ahí ya llegaba.

Y llegaba un día, y una tarde, y una noche, y otro día, y otra tarde, y otra noche seguía llegando a esa casita mágica… y según iba llegando iba sintiendo. Sentía la facilidad de ser y estar y, especialmente, la facilidad de dejar ser y estar a los demás. Sentía orgullo femenino de compartir con lo masculino. Sentía que la milpa iba creciendo y que el Sol volvía a guiar mi ritmo de vida, mientras la tierra marcaba los pasos. Sentía que podía sentir el grito de aquellos con los que convivía, y que, aunque doliera, era mil veces más valioso que el vacío de la individualidad….

Pero también iba saliendo, no solo llegando, y según iba saliendo también iba sintiendo, aunque diferente, claro. Sentía que la gente que eran los pobres, pues no tan pobres que eran, que a veces los ricos eran así más pobres, tal y como diría Galeeano. Y sentía que las palabras mayas volvían a mi garganta, fuera para decir chijonte t’eya o para decir maltiox, según tocara. Sentía que la vida no era tal y como nos la contaron, es otra, de plano que no puede ser la misma.

Y después de tanto llegar y salir, pues también fui regresando, porque ahí uno llega si no sabe, pero cuando ya se sabe, pues entonces lo que se hace es regresar; y, al regresar, es cuando más sentía. Sentía felicidad y amor por aquellas personas que allá también regresaban y que conmigo compartían. Sentía la magia de mi nawual que me acompañaba y velaba mi sueño. Sentía que tendría un nuevo sitio hacia el que caminar al revés, así a modo de recordar, como Ak’abal, para no contaros cómo es el olvido. En definitiva, sentía que era inmensamente rica.

POBREZAS

Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen silencio ni pueden comprarlo.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar, como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen el derecho de respirar mierda, como si fuera aire, sin pagar nada por ella.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen más libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que viven dramas pasionales con las máquinas.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que son siempre muchos y están siempre solos.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no saben que son pobres.

Eduardo Galeano (Patas Arriba)"
... Maria

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenass! Te encontré! Caray, campeón eres mi héroe. Cuando sea mayor quiero ser como tú...peazo de experiencia. Por aquí todo bién. Te eché de menos en mi último viaje a Barna, a ver si hay más suerte en el siguiente.

Recuerdos desde Jerez de la Frontera. Lozy.

Pedro dijo...

Galeano, Benedetti y tus palabras... en fin, se te echa mucho de menos. Sigue tu camino y no dejes de mostrarnos las posibilidades que hay.

Un abrazo, Ito.